Inoportuno
Del lat. Inopportünus:
- Fuera de tiempo o de propósito.
Importuno
Del lat. Importünus:
- Inoportuno.
- Molesto, enfadoso.
Gracias a Victor Malvaez fue que conocí el verbo importunar, que es pariente cercano de la palabra inoportuno, ya que él me ha dicho en innumerables ocasiones; <<ahí vas a importunar la madre>>. Y tiene razón, siempre ando chingando, soy bueno en ello, incluso puede que sea el mejor.
Podemos usar la palabra inoportuno para aquello que es molesto, enfadoso. Y las cosas inoportunas son de lo más indeseable que le puede ocurrir a uno porque no solo turban la paz, sino que también pueden echar abajo esos planes que se creían a prueba de tontos, esos por lo que uno ha trabajado tanto.
Lo inoportuno solo trae tragos amargos, o eso era lo que pensaba hasta que me hicieron notar que la desgracia de unos puede ser para otros la cosa más oportuna; claro, si no te molesta el olor a sangre. Oremos; <<Buy when there’s blood in the streets, even if the blood is your own>> – para indagar en el tema, sea usted tan amable, preciado lector, de hacerle un hueco en su librero a La doctrina del Shock de Naomi Klein-.
Permítanme dar un ejemplo; el golpe de estado en Chile (logro estadounidense de 1973) fue inoportuno para Chile, pero fue una de las cosas más oportunas para los Estados Unidos de América y todas las empresas estadounidenses que entraron a este nuevo . Si uno lo piensa bien, tendría que existir una relación inversa, ¿no?, como la suma lo es a la resta y viceversa; algo que fuera oportuno para los chilenos e inoportuno para los USAs. Y lo hubo: el fin de la Junta Militar de Pinochet, la cual trajo <<el fin de una armonía interna entre el libre mercado y el terror ilimitado>>, como ha escrito Orlando Letier en su artículo para The Nation (1976). Después de entender que la desgracia de unos puede ser oportunidad para otros, pienso que, si uno les importuna la madre a las personas indicadas, realmente está siendo oportuno pues estará propiciando un cambio para bien.
Algo que quiero lograr en la vida es ser inoportuno para las personas con quien deba serlo, y ser oportuno con los demás, todo en miras de crear un mejor lugar en el cual yo También busco ser inoportuno para los adentros de los que me lean, oigan, platiquen y conozcan en general. Quiero hacerle cosquillas a eso que no admitimos, a eso que no intentamos resolver, sino callar; a eso(s) que ignoramos para poder comer y dormir tranquilos y a gusto; a eso que debemos dejar de perpetuar con nuestro temor e indiferencia para, en su lugar, tomar cartas en el asunto. Al final, mi objetivo en la vida es expandir y fortalecer dos cosas; la primera, la conciencia social – todos tenemos una, pero a veces dicha conciencia no va más allá de los que reconocemos como nuestros semejantes, mas no como iguales. La segunda, la conciencia individual/personal – cosa hermosa, cosa bien hecha que somos cada uno – ya que nuestra persona y el lugar en el que nos encontramos – lugar al cual podemos no pertenecer aún – se nutren o envenenan el uno al otro. Todo depende del nosotros que decidimos establecer entre los demás y uno mismo. Nunca debemos olvidar que cada uno de nosotros es un ser vivo único compuesto por “n-illones” de organismos vivos tan pequeños y juntos que da miedo pensarlo, y a la vez nosotros, a la par con nuestra individualidad, componemos un tejido social tan vivo, grande y complejo que a veces da miedo oírle respirar.
Mientras acecho mi cometido, o en lo que me llega la hora de saludar a San Pedro, me han invitado (y yo no me he hecho del rogar) a escribir una columna en tan pomposo proyecto bautizado El Atril, el cual << Busca reflexionar sobre la cultura y sus multifacéticas representaciones para encontrar inspiración y belleza en este mundo que pareciera a veces hacerles de lado…>>.
La cultura es multifacética, así como lo son el sufrimiento y la felicidad, y si queremos verle algunas de sus máscaras, solo hay que salir del México de los menos, sacudirnos tantito aquello que nos fue otorgado por la sola fortuna de nacer bajo condiciones dadas, todo aquello que damos por sentado, garantizado, y que no es posible para todo mexicano. Aquello que sesga nuestra percepción de las otras realidades en el país. Una vez ya consciente de qué es privilegio y qué es derecho, qué es particular y qué es común, solo se debe salir a vagar por las venas del México de los más, esas que rebosan de puestos, albures, jerga, sonidos y olores inconfundibles, penas, alegrías y <<…vida que demanda reconocimiento y sentido, ser escuchada y tocada…>>, como dirían los de Mi Valedor.
En la columna que me toca criar, se podrán encontrar cuentos, reflexiones, pequeños ensayos y desvaríos al por mayor, que piquen donde deban de picar, ahí donde da comezón, pero preferimos ignorar.
Espero de todo corazón que mis letras y palabras las encuentren inoportunas.